Lo de 2013 ha sido muy, muy épico. Se pueden contar por
decenas los nuevos trabajos que han llegado este año a nuestros oídos, y nos
han hecho vibrar y sentir. Desde el regreso de algunos pilares icónicos como My Bloody Valentine, New Order, David Bowie o Nick Cave, hasta la vuelta a los ruedos de Arcade Fire, James Blake,
Sigúr Ros, Foals, Phoenix o The National. Pero no sólo el “Yeezus” de Kanye West, el “AM” de
nuestros Arctics, o el “Random
Access Memories” de Daft Punk se
merecen acaparar toda la atención. Nos faltan dedos en las manos para contar
los nombres y las caras que este viejo año ha traído consigo. Y desde Little Beatle queremos dedicarle unas
líneas a esos otros nombres y esas otras caras que sin comerlo ni beberlo, se
han colado de lleno en las listas de lo mejor de 2013.

De entrada y sin contemplaciones, rompo las lanzas que haga falta a favor del “Sunbather” de Deafheaven (cruzando los
dedos por que se dejen caer el próximo año por nuestro país). La mezcla
perfecta entre el black metal más
gélido y desgarrador, y el shoegaze
melódico que te hará caer de pleno en una atmósfera oscura y melancólica. Nos
van a recordar a CELESTE, nos van a
recordar a Have a Nice Life, o
incluso, salvando las distancias, nos van a recordar a Alcest. Pero lo que está claro es que esa fusión de géneros casi
contrarios les ha hecho formalizar un álbum único que debe estar dentro de
cualquier lista de mejores discos del año.
Y hablando de atmósferas únicas, no sería de recibo olvidar mencionar lo que
Daniel Lopatin, alias Oneohtrix Point
Never, ha hecho en su “R Plus Seven”. La conjugación perfecta de lo inconexo, de la luz y de la sombra, de
ritmos antagónicos que se golpean unos con otros, procesando una sucesión de
pistas que no dejan indiferente. Y con un directo que realmente te atrapa.
Y del mismo sello que nos trajo esta anterior delicia (la discografía inglesa WARP, nada más y nada menos), a otra de las joyas del año: “Cold Spring Fault Less Youth” de Mount Kimbie, o la prueba concluyente de que lo que ya vimos hace unos años del dúo inglés, era calidad. Marcan una clara línea divisoria entre su primer trabajo y éste nuevo álbum, y logran asentar su posición en el trono, con un trabajo repleto de ritmo y fusión. Y con un par de piezas que cuentan con la lujosa colaboración de King Krule, quién, sin dudarlo dos veces, ha ido de cabeza a por todas en este 2013 y nos ha regalado también su álbum debut “6 Feet Beneath the Moon”. Un ecléctico paseo de quince pistas que al instante nos hace evidenciar que esa joven voz dará mucho de qué hablar en los próximos años.
Y si hablamos de electrónica, el regreso de Boards of Canada es otro de los grandes hitos del año. Si bien es
cierto que “Tomorrow’s Harvest” no ha alcanzado el mismo impacto que otras
de sus obras, cabe destacar que siempre es de agradecer volver a saber del
dúo escocés.

No obstante, los que sí que rompieron nuestros esquemas por completo fueron Nicolas
Jaar y Dave Harrington con su proyecto Darkside, que después de remezclar enterito el último disco de Daft
Punk (así, de gratis), dieron a luz su álbum insignia, “Psychic”:
una suma perfecta de todo lo que Jaar sabe hacer; una hipnosis house
que, pista tras pista nos envuelve, y que en ocasiones puede recordarnos al
sonido más ambiental de los mismísimos Pink Floyd. Un regalo para los
oídos selectos y exigentes.
Como quién no quiere la cosa, los capos de la electrónica, Bob Riffo y sus secuaces, nos colocaron otro álbum a finales de septiembre, “Hide”, repleto de lujosísimas colaboraciones que enriquecen al máximo la calidad del disco. Cuánto más lo escuches, más comprenderás porque The Bloody Breetroots son y serán los rompepistas por excelencia.
Como quién no quiere la cosa, los capos de la electrónica, Bob Riffo y sus secuaces, nos colocaron otro álbum a finales de septiembre, “Hide”, repleto de lujosísimas colaboraciones que enriquecen al máximo la calidad del disco. Cuánto más lo escuches, más comprenderás porque The Bloody Breetroots son y serán los rompepistas por excelencia.

Ah, y el nuevo de Washed Out. ¿Por qué nadie habla sobre el nuevo de Washed Out? Estaré de acuerdo en admitir que "Paracosm" lo tiene difícil para hacer sombra a la obra maestra que fue en su día "Within and Without" pero válgame el cielo, si no fue un gran disco de verano.
No nos quedan dudas de que este 2013 ha sido el año de la electrónica; y
que se lo digan a Fuck Buttons y su “Slow Focus”. Un regreso tan ansiado como
el que más, en el que prescinden esta vez de apoyos vocales, para dar rienda
suelta a sus teclados, responsables de sonidos tan exquisitos como únicos.
Rompen con las progresiones luminosas y optan por un sonido que incluso roza
toques apocalípticos, estridentes y de mucho peso. Otro de los discos de
2013, sin lugar a dudas.
Y fíjate si ha sido un buen año para la electrónica, que incluso los miembros de Modeselektor
y Apparat decidieron retomar ese prometedor proyecto llamado Moderat, para sacar a la luz su segundo
álbum (“II”), el que, bajo la humilde opinión personal del que suscribe,
me parece uno de los discos más infravalorados del año. ¿La receta? La misma de
siempre. ¿El resultado? También. Temas que continúan en la línea del debut,
pero con una mayor madurez y un estilo propio más notorio. No son sólo dos piezas
emblemáticas de la electrónica trabajando conjuntamente, sino un sonido
con identidad propia.
Incluso en el panorama nacional han saltado chispas; Joe Crepúsculo haciendo mover el esqueleto a quién se pusiera por delante con "su fábrica de baile", o Pional y Talabot, trabajando conjuntamente en un proyecto para Young Turks que ya os comentamos que tenía muy buena pinta. De hecho, ha sido un año grande para Miguel Barros (Pional), que además de dejar una huella imborrable en su paso por Boiler Room, también ha sacado single en solitario, "Invisible/Amenaza". Lo que se dice no parar quieto.
Y aunque podría estar hasta mañana citando nombres emblemáticos que han hecho de éste, el año de la electrónica (Classixx, Roosevelt, Solar Year, Postiljonen, Autre Ne Vaut, Bondax, Stumbleine, Majical Cloudz, Jessy Lanza…), nos vemos obligados a decir que no sólo de samplers vive el hombre.
Y es que las buenas nuevas no acabaron
aquí. Si hay otro colectivo que se ha frotado las manos a base de bien en este 2013
es el de las guitarras sucias, el sonido garage, la low-fidelity
y la psicodelia surfera. Son tantos los nombres que querría citar, que vuestros
oídos corren serio peligro de empacharse de mala manera a partir de ahora.
El “Afraid of Heights” de Wavves,
que ha cosechado buenísimas críticas por parte de los medios principales; muy en la línea que el "Fade Away" de sus primos-hermanos, Best Coast; el regreso del neo-grunge de Audacity con su "Butter Knife"; una vuelta de tuerca a la psicodelia tropial con The Growlers y su “Hung at Heart”; el retorno de Cassie Ramone y los suyos con el segundo álbum de The Babies, "Our House on the Hill"; o la vuelta al campo de
batalla de pesos pesados como Unknown
Mortal Orchestra, Bass Drum of Death
y FIDLAR con álbumes homónimos.
Otros viejos conocidos como Foxygen
dejaron caer a principios de año la joya con
toques de psicodelia pop que respondía al nombre de “We Are the 21st
Century Ambassadors of Peace & Magic“; mientras que Jacco Gardner, directamente, nos
secuestraba y nos llevaba de pleno a las raíces más puras de la psicodelia
sesentera con su “Cabinet of Curiosities”. Volvieron Selebrities, con “Lovely Things”,
otro de los grandes olvidados del año; que con ese sonido revival tan ochentero
y oscuro, se convierten en la banda sonora perfecta para cualquier sábado noche.
Con respeto, eso sí, del “Silence Yourself” de Savages, que vaya once piezas de oro post-punk parieron los
amigos.
También hubo tiempo para que el icónico Ty
Segall nos plantara otro álbum
en solitario, “Sleeper”, quedando, eso sí, muy alejado de sus primeros
trabajos. No diremos lo mismo de los discazos que se marcaron el señor Kurt Vile (“Wakin on
a Pretty Daze”), y el
señor Mikal Cronin (“MCII”): dos piezas angulares del
panorama, con un lugar más que merecido en la lista de lo mejor del año.
Otros que tal, fueron Local Natives
y su vuelta a la vida con “Hummingbird”.
Un sonido joven, pero mucho más maduro que el de su primer álbum. Quizás por
las constantes influencias de bandas archiconocidas como Fleet Foxes o Grizzly Bear,
y que apreciamos en cada uno de sus acordes, vamos a creer que "es lo mismo
de siempre". Y tal vez sea así. Sin embargo, se merecen una escucha.
Hablaría de “Repave” de Volcano Choir, pero no sabría ni por
dónde empezar. Llevo ya tiempo teniendo la teoría de que todo lo que Justin
Vernon toca, se convierte en oro. Y este año se ha vuelto a poder comprobar.
Excelente. Un álbum único, sin etiquetas, ni precedentes.
Y si hablamos de regresos que nos dejaron anonadados, dos palabras: “Dream River”, del genialísimo Bill Callahan. Un álbum que tendría que
estar en los puestos más altos de cualquier lista del año, de lo que sea. Un derroche de
personalidad, que el de Maryland coloca con acierto en medio de un panorama
musical trastocado y difuso. Y una excusa perfecta para que los profanos puedan
conocer una de las almas más puras del folk
Yuck también volvieron, con “Glow and Behold” y sin Blumberg, como ya se avisó. Quizás no
soy parcial, porque les tengo un cariño muy especial a estos ingleses, pero
humildemente opinaré que tampoco fue tan catastrófico el regreso. ¿No? ¿NO?

Mucho más digno fue el de Deerhunter, con
“Monomania”, aunque con estos, igual que con Yuck, no sé hasta qué punto soy parcial, ya que lo mío con Bradford
Cox es idolatría pura. Y TOY,
que como si de un gol en la prórroga se tratase, conquistan los últimos
alientos de diciembre con un discazo, “Join the Dots”.
Blood Orange, o de cuando el
productor de las estrellas se convierte en estrella, me ha sorprendido
gratamente. Se ha sacado de la manga un segundo álbum, “Cupid Deluxe”,
que es a su vez un disco de RnB como hacía tiempo que no escuchaba. La
fórmula secreta tal vez sea la exquisita combinación de múltiples influencias: un
poco de funk, algo de sintetizadores, ese ritmo ochentero que nunca falla… Y ¡Et voilà! Un
señor disco.

Y con el año nuevo, también aparecieron las caras nuevas. Numerosos nombres que
se sumaron a un género ensalzado por el guitarreo roto, las melodías plagadas
de frescura y juventud, y la sensación de transportarnos directamente a esas
tardes de verano en la playa, viviendo en la despreocupación y sintiendo que no
necesitábamos mucho más en nuestra vida que una fiel compañía y un atardecer de
los que enamoran. Es el caso de grupos
como Swim Deep (“Where the Heaven
Are We”), Splashh (“Comfort”), Palma Violets (“180”), Jagwar Ma (“Howlin”), SULK (“Graceless”), Bleached (“Ride your heart”), Deap Vally ("Sistrionix"), Peace (“In Love”), JAWS (“Milkshake”)…Y así, hasta el infinito. La receta de la "voz joven” combinada con el “sonido retro” no ha podido dar mejores resultados.
Las hermanas HAIM conquistando las listas con un interesantísimo "Days Are Gone" (con colaboraciones de artistas de la talla de The Weeknd -otro que nos ha encasquetado el impresionante "Kiss Land", que merecería mención aparte); O los jovencísimos The Strypes, que se han dejado ver últimamente como teloneros en la gira AM de Arctic Monkeys presentando su "Snapshot" y restregándonos por la cara un blues setentero que realmente merece la pena rescatar; otra joven banda que se vale del sonido retro para hacerse oír y dejar su hueco en una lista de futuras promesas, que sin lugar a dudas dará de qué hablar.
No hace falta ser muy hábil para percatarse de que una de las principales conclusiones que sacamos de este año es que la juventud
manda. Y es que esta fórmula es la que ha marcado el panoramal musical durnate este año en toda regla, y quizás predisponga
al público para recibir lo que nos viene en el próximo. Son muchos ya los
rumores que nos hacen sentir buenas vibraciones de lo que está por llegar en
2014, y nosotros nos contentamos con que sea la mitad de bueno que este año al
que en breve diremos adiós.
Los mejores "otros" del 2013
Reviewed by Unknown
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