El 2013 llegó a su fin.
Seguramente un año con muchas cosas que decir y que recordar. Hemos visto como
bandas y artistas publicaban discos, grababan nuevos videoclips o reeditaban
trabajos pasados. Hemos sido testigos del lanzamiento de grandes películas y de
cómo directores y actores recogían premios por su trabajo. Incluso hemos
disfrutado de la fusión de estas artes, a través de grandísimas bandas sonoras.
Pero, hay otro asunto
por el que el 2013 quedará en nuestra memoria. Sin duda, este año ha sido el de
las series. Sí, un año en el que ha habido estrenos de temporadas, inicios de
series nuevas y finales de infarto de alguna que otra. Y es que, ¿quién no ha
seguido al menos una serie durante 2013?, ¿quién no ha tenido un rato libre y
ha encendido su ordenador para disfrutar, o sufrir, con un nuevo capítulo de Juego
de Tronos? ¿Alguien que no haya sentido que le faltaba algo al
finalizar Breaking Bad?

Primero de todo hay que
recordar que 2013 fue el año en el que Braking Bad llegó a su fin. El año
en el que el mayor capo de la droga de Nuevo México dejó la pequeña pantalla.
Tras cinco años muy intensos el thriller se coronó en los Premios Emmy y recibió el premio a la mejor serie dramática por
primera vez, y es que, aunque gran parte de la crítica la calificaba como una
de las mejores de la historia, aún no se había llevado este galardón. El mejor
broche de oro para echar el telón a una de las series más seguidas en todo el
mundo de los últimos años. Muchos la echaran de menos, pero para otros, ha sido
el momento adecuado para la despedida.
Otro fenómeno que ha ido
más allá de la televisión ha sido Juego
de Tronos. Con el estreno de la tercera temporada los seguidores han
experimentado las extremas sensaciones que Geroge R.R. provoca en sus libros.
Han sido diez capítulos de infarto; nos han puesto en tensión con guerras entre
las familias, nos han mostrado amor y pasión, así como unos dragones bastante
creciditos que al grito de “Dracarys”, de
una Daenerys mucho más dura y fría, han dejado frito a más de uno. Todo muy
emocionante hasta que llega el capítulo de la boda roja, donde esa emoción se
convierte en pura adrenalina. Fue una de las escenas más comentadas del año;
casi acaban con todos los Stark, dejando bastante difícil que estos gobiernen
en los en los siete reinos y una enorme expectación para la próxima temporada que ya terminó su rodaje.
Estos han sido los
fenómenos más destacados, pero ha habido otras series que también han marcado
este año.
Un ejemplo ha sido la
tercera entrega de Homeland. Se
había coronado como la reina de la televisión en sus dos temporadas anteriores,
pero la última ha sido mucho más polémica y ha dejado a la serie un escalón por
debajo. Prueba de ello es que ni la serie ni sus protagonistas optan a los Globos de Oro, en los que el año pasado
triunfaron en diversas categorías. No ocurre lo mismo con The Good Wife y su bufete de abogados que sí optará a los premios.
¡Cómo olvidar The
Walking Dead! Se ha convertido en la serie más vista
de la historia de la televisión por cable y no es de extrañar. Las aventuras de
los muertos caminantes siguen emocionando e infectando a las masas, que esperan
con ganas los nuevos capítulos de la serie.
Otra serie que ha
emitido su última temporada en 2013 ha sido Dexter. Su final llegó tras ocho temporadas y acusó el desgaste
lógico de los años, además de verse ensombrecido por el adiós de Breaking Bad.

El 2014 se presenta igual que el
pasado año; estrenos de temporadas, series nuevas o puede que más finales que
invadirán nuestras conversaciones diarias. Y es que, ¿qué sería un año sin esas
ganas locas de que llegue un nuevo capítulo que nos deje sin habla?
2013, un año seriado
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