Si eres de esas personas que están hartas de que todo el mundo siga venerando a David Lynch a día de hoy, o estás firmemente convencido de que tanto él como su filmografía han estado siempre infinitamente sobrevalorados por gente rara con gafas de pasta: tranquilo, no vamos a perseguirte con lanzas. Nosotros somos conscientes de que hasta el más grandísimo genio tiene sus detractores. Y lejos de querer “golpearte” con líneas que habrás leído una y mil veces sobre lo menospreciada que está Lost Highway (1997), lo impecable que es Mullholand Drive (2001), la espeluznante y brillante esencia de Blue Velvet (1986), o lo incondicionalmente enamorados que estamos de Twin Peaks (1990-1991), hoy nos ponemos el listón bien alto y pretendemos que te enamores del lado musical de la estrella de Missoula.
Michel J. Anderson y David Lynch durante el rodaje de "Twin Peaks" |
La inminente salida de su segundo álbum de estudio The Big Dream (1 de
julio de 2013) nos hizo darnos cuenta de que quizás muchos sólo relacionen al
artista del tupé imposible con películas de ambientación gris y de final
ignoto, donde hay camiones que pasean troncos de un lado a otro, frases
maravillosamente inconexas, o panoramas visuales que sólo el mismo director es
capaz de entender. Pero sería un error ignorar el hecho de que Lynch y la
música llevan unidos desde hace mucho más tiempo del que nos podemos imaginar,
siendo ésta un pilar ineludible del resto de sus aportaciones. Y es por ello, por lo que hoy te presentamos nuestras 7
razones por las que también amarás musicalmente a David Lynch.
Julee Cruise en una de sus actuaciones en "Twin Peaks" |
1. Para empezar, no nos sorprende
descubrir que, junto a otros compositores de gran talla (como el carismático Angelo Badalamenti), haya sido el
propio Lynch el que llevó a cabo la creación musical de algunas de sus
películas. No contentándose con las limitaciones de la dirección, nos demuestra
sus indiscutibles y polifacéticas dotes encargándose personalmente de componer
temas inolvidables dentro de su currículum fílmico. Además, gracias a la importancia que ha tenido siempre la música en sus largometrajes, el cineasta
puede presumir de haber “resucitado” carreras musicales de talentos como Roy Orbison o Chris Isaak, e incluso catapultado la de Julee
Cruise (aka la rubia oxigenada y
oscura que cantaba tenuemente en el Roadhouse,
ante la atenta mirada del pueblo de Twin Peaks).
Marilyn Manson en una escena de "Lost Highway" |
2. Aprovechando el tirón que la
música industrial estaba teniendo a
mediados y finales de los años noventa, Lynch eligió con gran acierto la
ambientación musical que salvaría a Lost Highway (1997) de un declive
casi inminente. La gran implicación de Trent
Reznor (Nine Inch Nails) ayudó a crear una envoltura contundente e
inquietante que, lejos de pasar inadvertida como una Banda Sonora más, ayudó a
acompañar la ya estremecedora temática del film. Y al de Cleveland, no podemos
olvidar sumarle la participación de otros artistas en alza por aquel entonces:
unos Rammstein, que después de mucho
insistir, acabaron convirtiéndose en una pieza clave del estilo y la atmósfera
de la película, unos Smashing Pumpkins
que, solapadamente, logran hacerse un hueco dentro de este oscuro tracklist, o un Marilyn Manson, que incluso llega a aparecer en alguna que otra
escena.
3. Pocos años después, y todavía con
la resaca rock-industrial de su primer contacto con músicos del presente,
Lynch no desperdiciaría la oportunidad de llevar a cabo su primer álbum de
estudio, contando con la participación del innovador guitarrista John Neff.
“BlueBob” (2001) es un álbum de rock
pesado, pero al mismo tiempo no olvida la ambientación tóxica y oscura que sólo
David Lynch es capaz de darle a todo lo que toca. De hecho, dos temas de ese
álbum fueron incluidos en la Banda Sonora de la película que el cineasta
estrenaría ese mismo año, “Mullholand Drive”.
Lejos de creer que la llama se había apagado tras su parón en 2006 con “Inland
Empire”, Lynch no tardaría mucho tiempo en volver a impregnar el mundo
de la música con su inquietante estilo.
Pues en 2007 lanzaría hasta tres trabajos musicales distintos: el extraño
y poético EP “Ghost of Love”, y dos
álbumes de corte ambiental, “The Air is on
fire (Exhibition Soundscape)” junto a Dean
Hurley, y “Polish Night Music”, en
colaboración con el pianista polaco Marek
Zebrowski, que con tan sólo cuatro pistas es capaz de ponernos el vello de
punta.
Danger Mouse, Sparklehorse y David Lynch |
4. Sin sorprendernos ya de nada que
no pudiera hacer este hombre, en 2009 comenzó a allanar el terreno del panorama
musical actual con un expectante proyecto en colaboración con Mark Linkous (líder de Sparklehorse y Danger Mouse). Juntos llevaron a término un único álbum, “Dark Night of the Soul” (2009), que
contó con lujosas colaboraciones de la talla de James Mercer de The Shins, Wayne
Coyne de The Flaming Lips, Vic
Chesnutt, Suzanne Vega, Julian Casablancas de The Strokes, Frank Black de Pixies, Scott Spillane de Neutral Milk Hotel, o el mismísimo Iggy Pop. Sin duda alguna, la repercusión
que este proyecto trajo, supuso un nuevo punto de partida sin vuelta atrás para
el artista, que se situaría de pleno en
la escena musical presente.
Un frame del provocador e irreverente vídeoclip de "Crazy Clown Time", dirigido por el propio Lynch |
5. Después de que ese trabajo
cooperativo no pasara inadvertido para la crítica mirada del público más
exigente, no tuvimos que esperar mucho tiempo para disfrutar de un nuevo álbum. En 2011, rompió todos nuestros esquemas presentándonos un trabajo que
mezclaba las inquietudes tétricas y lúgubres que siempre habían sido su sello
identificativo, con su, hasta ahora, pasión sin precedentes: la electrónica.
“Crazy Clown Time” (2011) es un
cajón desastre donde su mundo interior, sus influencias, sus pasiones y su
poderosa personalidad se estrechan la mano generando un conjunto de canciones
que nos hacen evocar el rock de los cincuenta y los sesenta, paisajes aciagos y
luctuosos, y actos de pasión y horror, que perfectamente podrían estar sacados
de cualquiera de sus películas. Combina a la perfección sintetizadores, voces
distorsionadas y guitarras de corte retro y oscuro, con el fin de reforzar esa
atmósfera de misterio, intriga y enigma.
Además, contó nuevamente con una colaboración inmejorable: Karen O (de Yeah Yeah Yeahs), quién da
voz a uno de los temas más destacables del álbum.
Reznor y Lynch |
6. Una muestra más del incombustible
y portentoso talento que este artista tiene, es su faceta como director
de videos musicales. Además de deleitarnos con provocativas escenas para complementar
sus propios trabajos musicales (como es el caso del videoclip que realizó para “Crazy
Clown Time”), es también muy extensa la
lista de artistas que han puesto en manos del cineasta de Missoula la dirección
de sus videoclips. Son tan solo algunos ejemplos el caso del ya mencionado Chris Isaak (del cuál dirigió una versión alternativa de su exitoso “Wicked
Game”), el “I touch a red button man” de Interpol,
el “Shot in the back of the head” de Moby,
el “Unfinished Symphaty” de Massive Attack,
el homónimo tema de Rammstein, o
incluso el “Dangerous” de Michael
Jackson.
Y, de hecho, para confirmarnos a todos que sigue al pie del cañón, hace escasos
días anunció que en breves se encargaría de poner imágenes al tema “Came Back
Hunted” de otro viejo conocido de la escena Lynch, Nine Inch Nails.
7. Y por si fuera poco, para dejarnos claro que sus 67
años no le pesan, ya ha anunciado que este verano vendrá con un nuevo álbum
bajo el brazo, “The Big Dream”
(2013), del que de momento poco se sabe, a excepción del tema en colaboración
con Lykke Li, que ya nos avisó de
que permanecerá fiel al “blues moderno” que poco a poco ha ido
consagrando en su faceta musical, y que nos traerá de vuelta a su característico
estilo, con singulares y primitivas melodías. Además, para hacernos más deseado
su regreso musical, ha anunciado que el álbum contendrá una versión muy
personal del tema “The Ballad of Hollis Brown” de Bob Dylan.
Videoclip del tema "I'm waiting here", en el que colabora junto a Lykke Li
Videoclip del tema "I'm waiting here", en el que colabora junto a Lykke Li
Estas líneas no son más que un humilde homenaje a una faceta más de un artista
único y sin precedentes, pues definitivamente, estamos convencidos de que no
hay nada con lo que Lynch no se pueda atrever. Es cineasta, es actor ocasional,
es pintor e ilustrador, es fotógrafo, es distribuidor de café orgánico… y desde
hoy, también sabes que es un genio de la música.
7 razones por las que también amarás musicalmente a David Lynch
Reviewed by Unknown
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12:00
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Genial repaso a la carrera de Lynch y a sus bandas sonoras.
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