Cafetería en Grünerløkka
Noruega puede parecer un destino imposible para un viaje low cost pero todo lo contrario, con Ryanair tenemos vuelos desde Alicante a varios aeropuertos cercanos a Oslo a precios bastante asequibles. Nuestro avión aterrizaba en Torp, a dos horas en autobus de la capital.
Paseo por el rio Akerselva
Cuando pensé en viajar a Oslo leí en muchos foros que es la parte menos bonita de Noruega, obviamente la parte más impresionante de Noruega son los fiordos y todos esos paisajes de lagos y bosques, pero Oslo no se queda atrás. Es una ciudad muy tranquila, no parece la capital de un pais, llena de zonas verdes, de personas corriendo y en bicicleta, de pájaros, de agua... Eso si, aviso, todo precioso, pero los precios ¡altísimos!
Para hacernos una idea, el traslado del aeropuerto a la ciudad, ida y vuelta a precio adulto son 450NOK (54,8€) y un billete sencillo de autobus o tram ronda las 50NOK (6€) hay precios para estudiantes pero sólo si eres noruego, lamentablemente nuestras tarjetas de estudiantes no sirven allí para nada.
Palacio Real
Para hacernos una idea de que hacer en Oslo teniendo solo 48 horas, tranquilos porque Oslo es una ciudad pequeña y se puede ver todo prácticamente andando, este es el recorrido que hicimos durante esos días:
Primer día:
Mi recomendación es que lo primero que hay que hacer cuando llegais a cualquier ciudad es buscar el hotel/hostal/albergue dónde os vayais a alojar, el nuestro era el más barato de Oslo el Anker Apartment y esta en el barrio de Grünerløkka, bastante bien situado y además dispone de cocina propia y un supermercado por lo que te puedes ahorrar un poco de dinero en la comida. Después de dar unas cuantas vueltas y preguntar un par de veces llegamos al hostel. Los noruegos son súper majos así que si estás perdido no dudes en preguntar, igual ellos tampoco saben como guiarte pero siempre sacan el móvil para enseñarte la ruta en Google Maps. Como llegamos domingo nuestra intención era ir a la Galeria Nacional para ver el famoso cuadro de El grito de Munch, ya que los domingos los museos son casi todos gratis, algo que se quedó en el aire ya que dada mi maravillosa orientación acabamos en la otra punta de Oslo, aunque no hay mal que por bien no venga, hicimos todo el recorrido del rio Akerselva hasta llegar a unas pequeñas cataratas, nos sentamos en un banco a disfrutar de las vistas, el sonido del agua y dar de comer a los patos del rio, lo de dar de comer a los patos allí es una locura, hay mucha gente que baja con trozos de pan enormes para darles de comer. Ese día volvimos pronto al hostel para cenar en la azotea del hostel desde la que se ve casi todo Oslo.
Cataratas Akerselva
Segundo día:
Este es el día fuerte, vimos todas las cosas importantes que tiene la ciudad y la verdad tampoco nos llevo tanto tiempo.
Recomiendo empezar la mañana cruzando la avenida Karl Johans, en esa misma calle vamos a ver los principales edificios, empezando por la Catedral, luego el Parlamento y acabando en el Palacio Real, todos son edificios increíbles pero aconsejo que hagáis un descanso en el Palacio Real, el espacio impone mucho, es enorme y está rodeado de jardines preciosos, los de la parte de atrás son increíbles, hay dos lagos pequeñitos y unos bancos para descansar, nos quedamos allí un poco hasta que recuperamos fuerzas para ir a Vigeland Park.
Una vez salimos del Palacio Real el camino hasta Vigeland Park no tiene perdida, es en linea recta todo el tiempo, todo lleno de casas enormes, con fachadas preciosas, arboles altísimos... si te gusta la arquitectura Oslo es la ciudad ideal. Después de una media hora llegamos al parque, esta es una visita indispensable si vas a Oslo, creo que es de las partes más bonitas de la ciudad, el parque es gigante lleno de esculturas y de flores, huele muchísimo a rosas, hay un lago enorme, pequeñas fuentes... muy inspirador.
Vigeland Park fue creado por el escultor noruego Gustav Vigeland, todas las esculturas del parque son suyas, es una especie de exposición permanente de sus obras, todas las esculturas están inspiradas en las diferentes etapas de la vida.
Vigeland Park
Después de un buen rato, no queríamos irnos de allí, dejamos atrás Vigeland Park para bajar a la Fortaleza de Akershus, otra visita que recomiendo, antes de llegar se ve el ayuntamiento y el puerto. La Fortaleza de Akershus es bastante grande y está muy bien conservada, desde arriba hay unas vistas preciosas del fiordo, del puerto con los barquitos, la gente... nos quedamos en un banco un rato y después retomamos camino hacia la Opera.
Fortaleza de Akershus
Nuestra última parada del día era el edificio que más ganas tenía de ver, la Opera, otro ejemplo más de que Oslo es la ciudad ideal si te gusta la arquitectura. El edificio es increíble, está encima del fiordo como si estuviera flotando, y puedes subir por su tejado para ver todo el paisaje desde ahí. Mi recomendación es quedarte tumbado allí viendo como atardece, súper relajante después de no parar en todo el día, eso si no te olvides de entrar dentro para alucinar un poco más con todo el diseño, ese día hacían Lady Mcbeth una pena no tener unas 600NOK (73€) para la entrada. A la vuelta al hostel se puso a llover muchísimo y tuvimos que hacer casi todo el recorrido de vuelta corriendo, así que consejo: no os olvidéis el paraguas.
Opera de Oslo
Ese día nos dimos un homenaje y compramos la pizza más barata que encontramos en el supermercado para cenar, 34NOK (4€) para una pizza tipo las que podemos encontrar de marca blanca que cuestan un euro y poco, todo por cenar algo calentito.
Tercer día:
Bajamos al centro de Oslo para tener ya la estación de autobuses cerquita, dimos un paseo para ver algunas tiendas, si os gusta la ropa de H&M allí hay uno en cada calle, también había un mercado de flores, algunos puestos en la calle con comida, sobretodo frutos secos, aprovechamos también para ver la famosa escultura de El tigre que está en la estación de tren, supuestamente es la que da la bienvenida a los turistas pero en nuestro caso fue al revés. A Oslo se la conoce como la ciudad del tigre, ya que dicen que es un lugar apasionante, no se equivocan.
Antes de subir al autobus dirección al aeropuerto, aproveché para colarme en un hotel altísimo que está al lado de la estación de autobuses para tener la ultima vista de Oslo desde las alturas.
El tigre
El camino en autobus son dos horas pero se hace bastante corto viendo los paisajes, las típicas casas rojitas y blancas como las del anuncio, los pequeños bosques y lagos... sin darme cuenta ya estabamos de vuelta en el aeropuerto dirección Alicante, llegamos a las 23:20, nada más bajar del avión el cambio de temperatura se notaba bastante, acostumbrada a mis 14 grados en Oslo volver al calor mediterraneo fue lo peor de todo.
En definitiva, una ciudad que merece mucho la pena ver, llena de arte en cada rincón y de lugares que te sorprenden, hay un gran contraste entre lo moderno y lo tradicional que es lo que da ese encanto personal a la ciudad y la hace única. Creo que la pega que se le puede encontrar son los precios, casi todos los turistas que conociamos y algún que otro español que encontramos en el camino nos decían lo mismo "¡Esto es muy caro!", pero aún así, merece totalmente la pena. ¡Muy recomendado!
Vistas de Oslo desde el Hotel de la estación de autobuses
Y para despedir del todo el viaje, un poco de música desde Noruega.
Little travels : 48 horas en Oslo
Reviewed by Marina Gil
on
12:05
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