El sonido del futuro, hoy: Oneohtrix Point Never en el CaixaForum de Barcelona

Un fin de semana en Barcelona da para mucho, y no sólo porque, particularmente, sea una de mis ciudades predilectas. Me dejé caer por allí hace unas semanas, y la oferta cultural que se ponía ante mis pies era tal, que no cabía en mi gozo. Éstas son las reflexiones que hace el ciudadano llano de provincia al llegar a la gran urbe y fliparlo malamente.

Nada más poner los pies en tierra, viernes 29 de noviembre, era obligatorio dejarse caer por el vestíbulo del CaixaForum a ver a Daniel Lopatin, aka Oneothrix Point Never. Actuación estelar del programa de conciertos ofrecido por el ciclo DNIT, sin ninguna duda. Y con exitoso acierto, ya que por un precio muy reducido pudimos deleitarnos de la puesta en escena de uno de los artistas del año. Poca broma.

Un vestíbulo que nos resguardó de la fría tarde de invierno, iluminado por una fuerte luz violeta que lo envolvía todo, repleto de un espeso humo que cubría el escenario, y detrás de aquella bocanada, el de Brooklyn con su “R Plus Seven” bajo la manga.

   

La reputación le precedía. Dado que su álbum (el primero desde que fichara por el sello Warp, cuidado) entra de pleno en la lista de los mejores de 2013, Lopatin ya venía jugando con ventaja. Y aunque fuese un “sabías a lo que venías”, llegó a sorprender al público con piezas cargadas de contundencia, ritmos ocultos y un magnífico ensamble de sonidos antagónicos. No se bastó con simplemente reproducir su obra, y ya. Nos deleitó con recortes, modificaciones y versiones de temas propios, piezas superpuestas, deconstrucciones sonoras, distorsiones extremas… Y todo ello engalanado de una acústica exquisita que el recinto también potenció.

A lo tonto, se acabó generando una atmósfera muy relajante que te evadía por completo de todo lo demás, y te metía de pleno en su batidora de sonidos oscuros y progresivos. Esa clase de experiencias que valoras con acierto haber tenido la oportunidad de disfrutar, y que desearías revivir dentro de no mucho. Una hora y media que bastó para convencernos de porqué Daniel Lopatin es una de las caras del año.

Y parece que al artista estadounidense también le gustó la Ciudad Condal, tanto como a nosotros nos gustó él, ya que desde hace pocos días ya sabemos que se volverá a dejar caer por dichas tierras tras el anuncio de las primeras confirmaciones del Sónar 2014. Una gran oportunidad para ver a un genio en un ambiente sin precedentes.